Cómo influirá la inteligencia artificial en la eficiencia energética para nuestro futuro
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Cómo influirá la inteligencia artificial en la eficiencia energética para nuestro futuro

La situación energética mundial en 2025 está marcada por una transición compleja hacia fuentes más sostenibles, impulsada por la necesidad de reducir emisiones de carbono y adaptarse a nuevas demandas tecnológicas, pero enfrentando desafíos significativos como tensiones geopolíticas, limitaciones en las cadenas de suministro y la dependencia persistente de los combustibles fósiles.

Tendencias clave en la transición energética

Las energías renovables, como la solar, eólica e hidroeléctrica, están en auge. Se espera que representen una parte importante de la generación eléctrica mundial, lideradas por la energía solar fotovoltaica. Sin embargo, este avance se enfrenta a desafíos como la brecha entre oferta y demanda de energía limpia y la necesidad de infraestructura adecuada.

Aunque el uso del carbón ha disminuido en muchas economías avanzadas, algunos países continúan dependiendo significativamente de esta fuente debido a su alta demanda energética. En paralelo, el gas natural licuado está experimentando un auge, con un aumento considerable en su suministro desde ciertas regiones.

La energía nuclear está resurgiendo como una opción clave para descarbonizar sectores industriales y garantizar un suministro energético estable. Los reactores modulares pequeños están ganando protagonismo por su flexibilidad y menor impacto ambiental.

La digitalización, inteligencia artificial y criptomonedas están impulsando una mayor demanda energética. Estas tecnologías requieren soluciones sostenibles para evitar un aumento significativo en las emisiones asociadas a su consumo.

Desafíos estructurales y geopolíticos

Conflictos internacionales y rivalidades comerciales entre grandes potencias están afectando las cadenas de suministro de minerales críticos necesarios para tecnologías renovables. Estas tensiones también han incrementado los riesgos cibernéticos para infraestructuras energéticas críticas.

La transición energética requiere inversiones masivas para desarrollar infraestructura nueva que soporte fuentes renovables y electrificación. Sin embargo, los bajos precios actuales de los combustibles fósiles retrasan estas inversiones al mantenerlos competitivos frente a las alternativas limpias.

La diversificación de fuentes energéticas es crucial para mitigar riesgos asociados a interrupciones en el suministro global. Esto incluye el desarrollo de almacenamiento energético avanzado y tecnologías como el hidrógeno verde.

Perspectivas hacia el futuro

A pesar de los retos, el panorama energético global avanza hacia una mayor sostenibilidad. Los compromisos internacionales han fijado metas ambiciosas para los próximos años, impulsando políticas que favorecen tecnologías limpias y bajas en carbono. Sin embargo, lograr estos objetivos dependerá de superar barreras económicas, políticas y tecnológicas mientras se asegura un acceso equitativo a la energía en todo el mundo.

En resumen, 2025 será un año crucial para consolidar avances tecnológicos y políticos que definan el futuro energético global, equilibrando sostenibilidad con seguridad y accesibilidad económica.