El Polo Democrático Alternativo (PDA), uno de los partidos históricos de la izquierda colombiana, anunció oficialmente su fusión con el Pacto Histórico, la coalición que llevó a Gustavo Petro a la presidencia. Esta decisión, tomada en el congreso extraordinario del partido, busca consolidar un bloque progresista de cara a las elecciones presidenciales y legislativas de 2026, con la meta de conformar un partido único de izquierda que aglutine a diversas fuerzas políticas y sociales.
La dirigencia del Polo y varios sectores del progresismo celebraron la decisión como un paso trascendental para fortalecer la unidad y la capacidad de incidencia de la izquierda en el país. Voces como la del senador Iván Cepeda y otros líderes del Pacto Histórico han destacado que la fusión permitirá presentar una opción política robusta y cohesionada, capaz de impulsar reformas sociales y garantizar la continuidad del proyecto de cambio iniciado en 2022.
Sin embargo, la decisión no ha estado exenta de controversia y resistencia interna. Un sector significativo de la militancia del Polo ha manifestado su inconformidad, argumentando que la fusión representa la pérdida de la identidad y autonomía política que caracterizó al partido desde su fundación. Para estos militantes, el Polo ha sido un espacio de pluralidad, debate y defensa de principios propios, y temen que la integración al Pacto Histórico diluya sus banderas y reduzca la capacidad de crítica y control dentro de la izquierda.
La inconformidad se ha materializado en la creación de nuevos grupos como "Polo en Resistencia", conformado por militantes y dirigentes que rechazan la decisión de la mayoría. Este grupo sostiene que la fusión fue apresurada y que no se garantizó un debate amplio y democrático entre las bases. "Polo en Resistencia" defiende la necesidad de mantener una izquierda independiente, capaz de dialogar y construir alianzas, pero sin renunciar a su autonomía ni subordinarse a una lógica de partido único.
Las voces críticas advierten que la unidad no puede imponerse a costa de la diversidad y la deliberación interna, y que la historia del Polo está marcada por la defensa de la democracia interna y la pluralidad de ideas. Para ellos, la verdadera fortaleza de la izquierda radica en su capacidad de articular diferencias y construir consensos, no en la homogeneización forzada.
En este contexto, el futuro del Polo Democrático y de la izquierda colombiana dependerá de la capacidad de sus actores para gestionar las tensiones entre unidad y diversidad, y de garantizar que la búsqueda de mayor incidencia política no sacrifique los principios democráticos y la autonomía de sus movimientos de base. La creación de "Polo en Resistencia" es una muestra de que, aun en medio de grandes transformaciones, la pluralidad y el debate siguen vivos en la izquierda colombiana.