Irán lanzó un ataque masivo con más de 200 misiles balísticos contra Israel, intensificando las tensiones en la región. Este ataque, ejecutado por la Guardia Revolucionaria iraní, fue una respuesta a la muerte de líderes clave de organizaciones terroristas aliadas a Teherán, como Ismail Haniyeh de Hamás, Hasan Nasrala de Hezbollah, y un general de la Guardia Revolucionaria, quienes murieron en bombardeos israelíes previos. Aunque Israel, con el apoyo de Estados Unidos, logró interceptar la mayoría de los misiles, el ataque ha generado preocupación internacional por una posible escalada hacia un conflicto regional más amplio.
El ataque iraní no causó víctimas directas en Israel, según el asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan, quien calificó el ataque como "ineficaz" gracias a la rápida respuesta de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y la colaboración con las fuerzas estadounidenses. Sin embargo, se informó de la muerte de un civil palestino en Cisjordania debido a fragmentos de un misil. Las defensas aéreas israelíes y destructores navales estadounidenses participaron en la interceptación de los proyectiles.
La respuesta internacional no se hizo esperar. Estados Unidos condenó el ataque "en los términos más estrictos", asegurando que coordinará cualquier respuesta con Israel. El presidente Joe Biden reafirmó su respaldo total a Israel, mientras que el secretario de Estado, Antony Blinken, señaló que el ataque fue "totalmente inaceptable". A nivel europeo, países como Alemania, España y la Unión Europea también condenaron el ataque. La ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, advirtió a Irán sobre las consecuencias de escalar la violencia en la región. Por su parte, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, hizo un llamado urgente para detener la "espiral de violencia" y destacó la importancia de respetar el derecho internacional y buscar una solución pacífica.
La comunidad internacional teme que este ataque aumente las tensiones en el conflicto israelí-palestino, especialmente en un momento en que las hostilidades entre Israel y facciones palestinas en Gaza y Líbano han empeorado. La Unión Europea, a través de Josep Borrell, expresó su preocupación por el riesgo de un conflicto regional, haciendo un llamado al cese inmediato de las hostilidades.
El ataque iraní marca uno de los episodios más graves en la región en los últimos meses, reavivando la ya delicada situación en Oriente Próximo y alimentando los temores de una guerra a mayor escala.