Esta embajada, cabe mencionar, permanecía cerrada desde hace más de dos décadas, cuando se determinó que no tenía sentido mantener tres sedes diplomáticas en Roma (incluyendo la del Vaticano) y se decidió que las funciones serían asumidas por el embajador en turno en Roma.
Este nuevo cargo representa un retorno al gobierno del presidente Gustavo Petro para el experimentado político, quien regresa después de su controvertida salida en julio del año pasado de su posición como embajador en Venezuela, a raíz de los polémicos audios que revelaron tensiones con el presidente y la entonces jefa de gabinete, Laura Sarabia.
Benedetti llegó a Caracas como uno de los principales aliados de Petro, tras su desempeño durante la campaña electoral, con la intención de liderar la reactivación de las relaciones bilaterales entre Colombia y Venezuela, abordando asuntos políticos delicados. Sin embargo, la controversia generada por los audios lo obligó a regresar de manera urgente a Bogotá y posteriormente a renunciar a su cargo diplomático.
"Yo no voy a permitir que me tomen el pelo, Laura. Te lo juro por la vida de mis hijos, nunca permitiré que eso pase, todos nos hundiremos, todos acabaremos, todos iremos a la cárcel", fue una de las frases destacadas que se divulgaron de las conversaciones entre Benedetti y Sarabia, quien actualmente dirige el Departamento de Prosperidad Social (DPS). El tono y el contenido de estas conversaciones dejaron poco margen para la interpretación.
Esto llevó a la conclusión de que la relación del exembajador en Venezuela con el presidente no terminó en buenos términos. Además, los audios dejaron en claro el papel crucial que Benedetti desempeñó durante la organización de la campaña del presidente Petro, ya que en uno de ellos se refirió a la gestión de 15.000 millones de pesos para la campaña.
En otra parte de las grabaciones, Benedetti advirtió a Sarabia que pronto reclamaría su "espacio político" y dio a entender que, de no obtenerlo, estallaría. "Y si creen que es una amenaza, pues es una amenaza, y si quieres grabarlo, grábalo; exploto porque ayer ustedes me maltrataron como a una mierda y eso no se le hace a Benedetti", concluyó el exasperado exlíder de la campaña presidencial, ante lo que consideraba un trato injusto por parte de la entonces jefa de gabinete y el presidente, durante una visita a la Casa de Nariño.
Aunque parece un cargo menor para Benedetti, teniendo en cuenta que se rumoraba de su posible llegada a la plana mayor del Gobierno como Ministro del Interior, en reemplazo de Luis Fernando Velasco, la reactivación del barranquillero lo pone otra vez en el juego político y ahora en un escenario internacional, porque despachará desde Roma, Italia.
La reciente designación, además, envía una nueva señal sobre las relaciones de Benedetti con el presidente Petro después de la pelea que desembocó en su salida de Caracas. Y plantea cuestionamientos sobre el futuro de las investigaciones que sigue la Corte Suprema de Justicia contra el exsenador.
Al anuncio le llovieron críticas y múltiples interpretaciones en la escena política nacional. Para algunos puede verse como una estrategia para mantener a Benedetti tranquilo, con algo de representación en el Gobierno; y para que mantenga un prudente silencio sobre algunos hechos que en el momento con el choque con Sanabria dijo conocer y amenazó con revelar si no se le daba el respeto que, según él, merece por sus aportes a la campaña.
Algunos de los cuestionamientos tienen que ver con la necesidad real de la embajada ante la FAO y de su elevado costo, es decir que es una oficina de la que se podría prescindir, y que en realidad llevaba más de dos décadas cerrada. La pregunta para muchos es si en realidad Petro le entregó ese puesto para tenerlo contento, protegido e, incluso, callarlo.
“Petro reabre la embajada ante la FAO solo para darle el puesto a Armando Benedetti. Esa oficina fue cerrada hace 21 años y ha sido atendida, sin ningún problema, por la Embajada ante Italia todos estos años”, señaló el periodista y abogado Melquisedec Torres a través de su cuenta de X.
Torres, quien es uno de los constantes críticos a todos los movimientos del gobierno Petro, además dijo que “estar en la FAO, aún sin embajada, vale unos $8.500 millones anuales”, que “reabrir la embajada costará otro dineral, sin ninguna necesidad real” y que “muchos países no tienen embajador en la FAO y atienden o desde sus embajadas en Italia o el Vaticano”.
Pero, el señalamiento más llamativo es que, según Torres, al ser una embajada en un organismo multilateral, los postulados no necesitan aceptación de ningún gobierno y “si lo hubiese nombrado en la de un país, corría riesgo de ser rechazado”, esto en relación a los enredos judiciales que tiene Benedetti.
El envío a Italia también tiene otra lectura política y no de menos importancia. Algunas voces críticas del Gobierno sugieren que fue una manera inteligente que halló el presidente para mantener a Benedetti lo más lejos posible de Laura Sarabia, de quien dicen no lo quiere ver ni en pintura y que, incluso, lo responsabiliza de haber inducido a su ex niñera Marelbys Meza a denunciar lo des supuesto sometimiento irregular a la prueba del polígrafo, en el caso denominado “El Niñeragate”.
La coyuntura del anuncio sirvió también para revivir un polémico video en el que el canciller Álvaro Leyva, hoy suspendido por la Procuraduría, se refiere a Benedetti en medio del escándalo de su pelea con Sarabia: “A Benedetti cómo se le puede creer, es increíble. Él mismo dice: yo soy un drogadicto. Pónganse ustedes a pensar, les parece que esa puede ser una buena fuente. Por eso pusimos el acelerador a fondo y en tres horas se cambió”, dijo en esos días Leyva, al hablar de la salida de Benedetti de Caracas.
Fuente: El Colombiano