El proceso de restauración de la reserva Van der Hammen está a una firma de quedar renovado

El proceso de restauración de la reserva Van der Hammen está a una firma de quedar renovado

La reserva Thomas van der Hammen, ubicada al norte de Bogotá, es un ecosistema estratégico para la conectividad ecológica y la conservación ambiental de la ciudad. Declarada en 2011 por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), cuenta con 1,395 hectáreas, principalmente en manos privadas, lo que dificultó su restauración por más de una década.

El proceso actual de restauración en la reserva se ha intensificado en los últimos años, especialmente bajo la administración del alcalde Carlos Fernando Galán. En solo dos años, se han restaurado 15 hectáreas nuevas, un avance significativo comparado con los 11 años anteriores, en los que apenas se restauró el 3.7% de la extensión total. Se han sembrado más de 5,000 árboles y arbustos nativos, incluyendo recientemente 600 especies plantadas en coordinación con la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (UDCA).

Este proceso se realiza mediante acuerdos de conservación con propietarios privados, incentivos como la transferencia de derechos de construcción, y alianzas con universidades para impulsar la recuperación ecológica. La administración ha logrado que varios propietarios ofrezcan voluntariamente terrenos para ser incorporados a la reserva y restaurados, acelerando la recuperación del paisaje natural.

El objetivo de la restauración es recuperar la conectividad ecológica entre los Cerros Orientales y el río Bogotá, conservar acuíferos, mejorar la calidad del aire y proteger la biodiversidad local. En ese sentido, la reserva busca convertirse en uno de los mayores bosques urbanos de América, con un fuerte compromiso de la ciudad y la sociedad para garantizar su conservación y resistencia frente al cambio climático.

En resumen, el proceso de restauración en la reserva Van der Hammen se apoya en la firme voluntad política, acuerdos con privados, reforestación masiva con especies nativas, y mecanismos innovadores para aumentar las áreas protegidas y conectadas ambientalmente en Bogotá. Este proceso es un ejemplo de cómo se puede redimir un ecosistema estratégico tras años de abandono mediante colaboración y estrategias integradas de conservación.

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