Las desafortunadas palabras de Petro en la ONU y la irresponsabilidad de su discurso contra Israel

Las desafortunadas palabras de Petro en la ONU y la irresponsabilidad de su discurso contra Israel

El discurso del presidente Gustavo Petro en la Asamblea General de Naciones Unidas el pasado 23 de septiembre de 2025 generó una gran controversia y rechazo por su tono confrontacional y sus acusaciones directas contra Israel. Petro calificó repetidamente la ofensiva israelí en Gaza de "genocidio" y cuestionó con dureza la postura de Estados Unidos, señalando al entonces presidente Donald Trump como "cómplice del genocidio" por su apoyo a Israel. Esta fuerte retórica, lejos de contribuir a un diálogo constructivo, fue percibida como irresponsable y polarizante en un escenario internacional tan delicado.

El mandatario colombiano propuso formar un "ejército poderoso" de países para intervenir militarmente y detener lo que llamó un genocidio en Palestina, una propuesta que excede las competencias de la ONU y que genera alarma sobre la inviabilidad y consecuencias de una acción armada unilateral. Su llamado a que "la diplomacia ya acabó su papel" en el conflicto refleja una visión radical que podría agravar aún más la crisis, omitiendo la complejidad geopolítica y las tensiones que rodean el conflicto israelí-palestino.

Además, la insistencia en demonizar a Israel y Estados Unidos como únicos responsables sin reconocer las acciones provocadoras previas, ni mencionar la violencia cometida por Hamas, denota un sesgo que dificulta cualquier acercamiento a una solución pacífica y justa. El discurso ha sido criticado también por su extensión excesiva y su tono desafiante, que contrastan con el papel diplomático que se espera de un jefe de Estado en un foro multilateral como la ONU.

Este discurso irresponsable no solo pone en riesgo las relaciones diplomáticas de Colombia con aliados clave sino que también podría aislar al país en escenarios internacionales donde se requiere mediación equilibrada y responsabilidad política. Más que aliviar las tensiones, las palabras de Petro han profundizado la polarización, evidenciando la necesidad urgente de adoptar una postura más mesurada y constructiva en temas tan sensibles como el conflicto de Oriente Medio.

En conclusión, el discurso del presidente Gustavo Petro en la ONU, aunque refleje una postura muy firme sobre sus convicciones, fue desafortunado en términos diplomáticos, imprudente en su llamamiento a la acción militar y poco responsable en la polarización de un conflicto complejo, que pide soluciones inclusivas y respetuosas del derecho internacional. Su tono y propuestas generan preocupación sobre el rumbo político internacional de Colombia en los próximos meses.

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